Servicio de TTC.- “Esta es mi revolución”, explicó recientemente con orgullo Val Kempadoo, un empresario de 52 años de edad, quien fundó en la isla de Stt Kitts y Nevis un hotel sin dejar en el olvido objetivos sociales como la “sostenibilidad”, la “responsabilidad social” y el cuidado del medio ambiente, que, según piensa, son imprescindibles para el desarrollo de la industria del turismo en el Caribe.
Kempadoo explicó en una entrevista que concedió a la publicación Forbes India Magazine recientemente, que su hotel Granja de Belle Mont no ofrece solamente un paraíso de la naturaleza sobre colinas sino que redefine los conceptos de sostenibilidad y de justicia social en la industria turística del ocio, muchas veces olvidadas por empresarios codiciosos.
Belle Mont Farm, tal como se llama en inglés, está estructurado por 84 casas de huéspedes y 7 alojamientos más amplios de cuatro dormitorios cada uno, atractivos indudables.
Pero lo más interesante en el proyecto es que su arquitectura está diseñada para respetar el entorno rural, y su personal es predominantemente local en un 90 por ciento. Se ha planteado de manera adicional como objetivo promover un centro social para la cultura caribeña en sus instalaciones.
En el resto de la industria en Stt Kitts, sólo alrededor del 10 por ciento de las estancias dejan sus ingresos en la isla. Pero en el caso del Belle, con un personal nacional predominante se puede retener el 75 o hasta el 80 por ciento de los ingresos en salarios pagados a los lugareños.
Aún el empresario planea desarrollar lugares para atraer a la población local como un spa, un cine al aire libre y un hotel de 200 habitaciones todos de bajo costo, totalmente operados por fuentes de energía renovable.
Esta pequeña y limitada revolución en favor de la sociedad desarrollada por parte de una empresa privada es un apoyo para los Estados y también para los planes de la región.
De acuerdo con la Organización de Turismo del Caribe, el turismo sostenible se entiende como el uso óptimo de los recursos naturales, culturales, sociales y financieros para el desarrollo nacional de manera equitativa y autosuficiente y para proporcionar una experiencia única al usuario único y también una mejor calidad de vida a través de alianzas entre el gobierno, el sector privado y las comunidades.
El Caribe busca además actualmente estar a la vanguardia de quienes impulsan el ecoturismo en el mundo y aparece como totalmente comprometido no sólo con proteger la frágil belleza de las islas, sino también apoyar el desarrollo de proyectos turísticos que minimicen el impacto ambiental.