Servicio de TTC.- El sexo casual durante las vacaciones se ha convertido, guste o no, en una fuente de ingresos por turismo que a menudo van a las manos de personas sin escrúpulos, aunque otros sectores comerciales también se beneficien. Esto hace que esa “modalidad” que rompe la legalidad también frecuentemente, y los valores morales, tenga definiciones que a veces se contraponen.
Algunos describen la práctica al señalar que implica viajes de personas a través de fronteras nacionales o internacionales con el fin de participar en un encuentro sexual “no reproductivo”. Pero tal definición parece en extremo benévola si se considera que en ocasiones involucra a menores de edad y siempre el uso de dinero o bienes materiales para pagar el acto sexual, lo cual lo lleva al contexto de la prostitución.
Hace años, en 2004, el Ministerio Brasileño de Turismo denunció que el turismo sexual conduce a la explotación infantil y a la trata de personas. Pese al rechazo oficial, grupos sociales brasileños siguen luchando ferozmente contra la prostitución infantil en ciudades como la de Fortaleza, donde la prostitución de adultos sigue siendo legal.
El turismo sexual, salvando distancias, puede compararse al turismo de aventura cuando una persona, por ejemplo, viaja a África con el único fin de participar en un safari. Quien practica el turismo sexual, hombre o una mujer, viaja a otra localidad ya sea en el extranjero o dentro del propio país, con el único propósito de gratificación sexual con una persona local a cambio de dinero o bienes.
Sea lo que sea, el turismo sexual parece extenderse no sólo en Brasil, sino en otros destinos turísticos de éxito, grandes y pequeños. Sin embargo, en Brasil parece estar muy arraigado. En ese país se utilizan cada vez más medios, incluyendo Internet, para la promoción del turismo sexual. Una encuesta reveló que más de 3.000 sitios web han surgido con ese fin en los dos últimos años en esa nación sudamericana, y la situación ha empeorado con los grandes eventos como la Copa del Mundo de 2014.
La encuesta publicada recientemente por el diario O Globo mostró que el número de sitios que enlazan Brasil a la pornografía, la prostitución y el turismo sexual ha superado con creces los 2165 que ya se habían clausurado antes por el Ministerio de Turismo en 2011 y 2012.
Uno de los sitios llama claramente a la prostitución: Afirma: “Nuestras jóvenes no serán sólo las diosas del sexo, pero también guías, intérpretes, parejas de baile y amantes muy personales”. Brasil recibió a 5,8 millones de turistas extranjeros en 2013 y poco más de seis millones de dólares en 2014, el año de la Copa del Mundo, pero no hay una estimación oficial del número de visitantes que fueron atraídos por el turismo sexual, según la encuesta.
En cuanto al Caribe, los expertos advierten que el turismo sexual puede ser también un problema grave de salud. Un ejemplo es que de acuerdo con la Asociación Americana de Salud Pública del Caribe, la región tiene tasas muy altas de VIH sin contar al África subsahariana. La modalidad también causa la expansión de otras enfermedades sexuales.
Todo indica que el turismo sexual necesita regulaciones, si no es posible eliminarlo en su perfil actual. No es solamente una cuestión de buena o mala moral.