Servicio de TTC.- “Nunca robes pequeñeces” fue hace años el consejo indirecto del título de una vieja película europea, llamado que en la actualidad parecen ignorar no pocos turistas internacionales.
La práctica de llevarse a casa productos y objetos a su servicio en los alojamientos se extiende, y los hoteleros de todo el mundo, haciendo sus cuentas, se percatan de que una parte de sus beneficios se van a manos de los “coleccionistas”, aparentemente inocentes.
Un estudio mundial publicado por Travelzoo, una compañía global de medios en Internet, revela los secretos “sucios” de ciertos viajeros en América del Norte, Europa y Asia Pacífico.
La práctica consiste en guardar entre las cosas personales los artículos que los hoteles ponen a disposición de sus huéspedes. El estudio asegura que entre quienes se llevan al bolsillo “pequeñeces” se destacan los estadounidenses (69%), seguidos por los canadienses (63%), Chinos (61%) y los británicos (45%). Los alemanes ocupan un modesto último puesto en tal molesta lista con un 20%. Ellos fueron, como turistas, los menos propensos a apoderarse de las mini botellas de champú, acondicionadores del cabello y crema para la piel, según la encuesta de Travelzoo publicada la semana pasada por la revista Travel Daily News International, de Londres.
Mientras que muchos viajeros extraen de los buenos hoteles toallas y zapatillas de baño, en otros ángulos se portan muy bien. Por ejemplo la mayoría de la “jet set” turística del mundo permanece fiel a sus parejas durante sus vacaciones. El sondeo reflejó que los Alemanes (10%) son los más propensos a tener una aventura de vacaciones seguidos por los chinos (5%), británicos (4%), estadounidenses (3%) y canadienses (2%).
Travelzoo aclaró que los estadounidenses parecen tener la iniciativa en echarse al bolsillo las golosinas y productos de los hoteles, pero cuando se trata de “pasar” a escondidas bienes por la aduana, los chinos van a la cabeza con 32%. A menudo entre los que pasan sin hacer las declaraciones correspondientes están los canadienses con un 23 por ciento y el 19% de los británicos.
Turistas alborotadores
A muy pocos países en el mundo les disgusta recibir turistas. Pero sí les gustaría que aquellos que se conocen internacionalmente como “alborotadores” no pasen vacaciones en sus territorios porque aunque son relativamente muy pocos, suelen tener el efecto de incrementar la desconfianza en los destinos que visitan.
No hace mucho, en Lloret de Mar, un popular complejo turístico en la Costa Brava de España, la policía tuvo que usar balas de goma y métodos contra incendios contra turistas iracundos cuando se negaron a poner fin a una trepidante fiesta en una discoteca. La policía bloqueó las calles del centro turístico en el noreste de la costa mediterránea de España, en un intento por dispersar a unos 400 turistas en las primeras horas de un lunes. Los “alborotadores” estaban borrachos y lanzaron botellas, dañaron el mobiliario urbano, y destrozaron algunos comercios.
En 2014 grandes operadores de turismo en Tailandia instaron al gobierno a desechar la ley para restaurar la imagen del país como destino de vacaciones sin problemas, para reforzar las llegadas de turistas que cayeron un 7 por ciento en septiembre respecto al año anterior. Pero la petición cayó en saco roto en aras de suprimir un caos imperante.
En enero de 2015, el gobierno chino en Pekín anunció que estaba creando una base de datos de visitantes alborotadores. Li Jinzao de la Administración Nacional de Turismo ordenó monitorear a turistas turbulentos, advirtió que estos pueden enfrentar sanciones severas por sus conductas, y compartieron sus datos con agencias de turismo, compañías aéreas y hoteles.
De hecho, los turistas que “se quedan” con “pequeñas cosas” lo hacen en silencio, en la soledad de sus habitaciones y no se pueden comparar a los indisciplinados violentos, que son una minoría pero que de repente puede comprometer el prestigio de hermosos y tranquilos destinos turísticos.
No obstante, financieramente, los hoteleros afirman que en las cifras finales de pérdidas, ambos grupos pueden “acercarse”.